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viernes, 21 de junio de 2019

Como prevenir la aparición de diabetes para personas mayores de 40 años

La diabetes es un síndrome caracterizado por la incapacidad de manejar el metabolismo de la glucosa de manera correcta. La imposibilidad del organismo para secretar o reconocer a la insulina trae como consecuencia la deficiencia en el transporte de la glucosa desde la sangre hacia el interior de los tejidos causando un aumento en su concentración sanguínea. En una diabetes de tipo 1 el organismo afectado carece de los medios para la síntesis y secreción de insulina. En una diabetes de tipo 2 la secreción de la hormona no se ve afectada en un primer momento pero la respuesta en el sitio de acción está deteriorada. Los factores que favorecen a este síndrome varían dependiendo el tipo de diabetes que afecte a la persona. En la diabetes de tipo 1 se piensa que la causa radica en una respuesta autoinmunitaria sobre las células beta del páncreas, encargadas de la producción y secreción de insulina. En la diabetes de tipo 2 los factores ambientales cobran mayor significancia. Es el tipo de diabetes más extendido entre la población mundial y se encuentra estrechamente relacionado con la obesidad, el sedentarismo, la dieta y cierto grado de carga genética. Afecta principalmente a personas adultas.

Prevenir la diabetes en mayores de 40 años

La medicina actualmente está estudiando métodos que permitan evitar el desarrollo de la diabetes de tipo 1. Este tipo de diabetes es más complejo de evitar ya que los factores desencadenantes son de tipo inmunológico. Sin embargo no es este el tipo de diabetes que suele aparecer en personas adultas, por lo general la presentación de la diabetes miellitus de tipo 1 está confinada a la primera etapa de la vida. En personas mayores de 40 años aún sanas la posibilidad de desarrollar el tipo 1 de la enfermedad decrece en la medida que aumentan las posibilidades de desarrollar el tipo 2. La lógica de este paradigma radica en los factores que favorecen al desarrollo en ambos casos. Una persona aumenta sus posibilidades de padecer diabetes de tipo 2 cuando está expuesta a un estilo de vida sedentario con una dieta desequilibrada que conste de una alta ingesta de hidratos de carbono de rápida absorción. Las posibilidades son aún mayores si la persona muestra algún grado de obesidad. Esto no quiere decir que toda persona obesa desarrollará la enfermedad, mucho tiene que ver el contexto genético que le acompañe. No obstante los datos recopilados sobre la creciente incidencia de la enfermedad en el mundo hacen pensar que no es difícil encontrar factores genéticos predisponentes entre la población común.

¿Qué plan de acción tomar para evitar la diabetes?

La primera tarea será revisar el estilo de vida actual y evaluar las condiciones físicas imperantes en este momento. Para ello habrá que revisar los siguientes ítems:

Peso corporal

¿Está mi cuerpo dentro de los parámetros saludables según el índice de masa corporal? Para saberlo solo basta con realizar una simple cuenta. Se divide el peso en kilogramos sobre la altura de la persona expresada en metros y elevada al cuadrado. Por ejemplo, una persona que mida 1.70 m y pese 70kgs dividirá 70kgs sobre 1.70m al cuadrado. El resultado será aproximadamente 24 y está dentro de los parámetros aceptables de peso. Todo resultado superior o igual a 25 será considerado sobrepeso y si el mismo supera los 30 se lo catalogará como obesidad.

Actividad física regular

No se hace referencia con esto a la necesidad de convertirse en un fanático del fitness o del gimnasio. Se estima que una persona que realice 30 minutos de caminata diaria, intensa y sin parar cumple las necesidades básicas de movimiento y ejercitación para garantizar un nivel de actividad física aceptable.

Actividad deportiva

La actividad deportiva se diferencia del ítem anterior al demandar un mayor esfuerzo físico y mental. Un deporte o las actividades llevadas a cabo en un gimnasio generan un mayor impacto metabólico en el cuerpo. El perfil hormonal que se estimula en los períodos de ejercitación favorece a la remoción del tejido adiposo excedente y favorece al ingreso de la glucosa en el tejido muscular sin dependencia de la acción de la insulina. El consumo de los niveles energéticos del músculo ejercitado hará que toda glucosa y lípido que ingrese en la célula muscular tienda a ser degradado para fabricar nuevas moléculas energéticas. Esta situación es la que popularmente se conoce con la frase “quema de calorías”. Una vez que se determina cuál es el estado actual del peso corporal y la actividad física, se puede pasar a desarrollar el plan de acción. Para evitar el desarrollo de la diabetes será necesario establecer un plan de ejercitación que como mínimo garantice 30 minutos de caminata diaria. La actividad deportiva o el apuntarse en un gimnasio reforzarían el beneficio de la actividad física pero no es algo indispensable.

Controlar el peso corporal

Si el IMC ha dado por encima de 25 entonces es hora de prestar atención al peso corporal. La actividad física y una dieta equilibrada ayudarán a disminuir el índice hasta valores saludables.

Control de la dieta

El mandato general dice que una persona promedio debería consumir aproximadamente 2000 kilocalorías diarias para garantizar una buena nutrición. Sin embargo estos valores dependen de la actividad física, mental y del metabolismo basal que presente la persona. El metabolismo basal es la cantidad de energía que una persona requiere diariamente para garantizar los procesos metabólicos básicos que le permiten seguir viviendo. Por ello es importante mantener el equilibrio entre lo que se come y lo que se deja de comer. Para evitar el desarrollo de la diabetes, los nutricionistas recomiendan una dieta rica en carbohidratos y baja en grasas. Se podría pensar que la riqueza en carbohidratos como la glucosa en una dieta puede llegar a ser irónico. No obstante, no todos los alimentos ricos en carbohidratos son iguales. Existe un registro llamado Índice Glucémico, un cálculo que se basa en comparar alimentos y la velocidad con la cual se absorben sus glúcidos a través de la digestión. Un alimento con un Índice glucémico de 100 indica que la velocidad a la cual se absorben los carbohidratos es alta y por lo tanto son más propensos a generar picos de glucemia elevados. En cambio aquellos alimentos cuyos índices sean bajos, indican que para absorber su contenido en glucosa deberá pasar mayor tiempo de digestión. Esto es importante para evitar altas concentraciones de azúcar en sangre, y por lo tanto una mayor efectividad en la insulina.

Comer frutas y vegetales

Es importante la ingesta de frutas y vegetales y a pesar de ser ricos en hidratos de carbono como la fructosa (un tipo de azúcar) no están contraindicados en la diabetes. El beneficio de estos alimentos radica en el contenido de vitaminas y minerales indispensables para el buen funcionamiento general del organismo. Además, son una fuente valiosa de fibra que retrasa la absorción de glúcidos y grasas a través de la digestión. Al mismo tiempo, el efecto de masa ocupante en el bolo alimenticio genera sensación de saciedad y la persona restringe naturalmente su ingesta calórica favoreciendo al control del peso corporal.

Ingesta de agua

Como en toda dieta equilibrada, el agua es parte indispensable del proceso. Una correcta hidratación es necesaria para favorecer niveles normales de volemia y filtración renal. Además mantiene las propiedades del plasma sanguíneo en niveles adecuados para las funciones sanguíneas de transporte y nutrición.

No realizar dietas de restricción total de glúcidos

Muchas personas piensan que para evitar la diabetes basta solo con evitar todo tipo de glúcidos y carbohidratos. Esto no demostró ser beneficioso ya que toda glucosa que no ingrese en el cuerpo puede ser generada por el organismo a partir de otros productos. Lo ideal es una ingesta moderada, aunque la dieta a seguir depende de las cualidades personales de cada paciente. La restricción calórica en una dieta demostró ser un buen estímulo para favorecer la sensibilidad de los tejidos a la acción de la insulina. Esto es importante saberlo ya que cumplir con un régimen dietario podría favorecer a una mejora en el perfil hormonal de la persona y evitar el desgaste de los receptores que conlleva a la diabetes de tipo 2.

Ingesta de alcohol moderada

El alcohol en la dieta occidental es un factor común que trasciende las fronteras y culturas. Una persona con un consumo moderado del mismo puede verse favorecido en el aumento de la sensibilidad de los tejidos a la insulina y probablemente de un aumento del HDL colesterol, también llamado colesterol bueno. Estas características lo sitúan dentro del grupo de los productos que disminuyen el riesgo de padecer diabetes de tipo 2. Sin embargo, una ingesta no moderada y excesiva de alcohol puede llevarlo al efecto contrario. Beber grandes cantidades de alcohol desemboca en una producción exagerada de lípidos y en la destrucción histológica del hígado y del páncreas.

Disminuir los niveles de estrés

El estrés no es un simple efecto psicológico ni tampoco se limita a la esfera de lo emocional. En medicina esta palabra indica todo proceso que cause un estado de alerta en el organismo, en la vida cotidiana utilizamos el término vinculándolo más que nada a la esfera psíquica. Lo cierto es que el cuerpo ante una situación de amenaza activa ciertos sistemas hormonales que contribuyen a la secreción de catecolaminas y cortisol. Ambas hormonas tienen efectos hiperglucemiantes. De este modo tanto un susto como un golpe o una inflamación pueden suscitar la activación de la respuesta al estrés. Es importante cuidar la integridad física y emocional, actividades como el yoga, la meditación, los hobbies y acciones lúdicas favorecen a la secreción de endorfinas y serotonina que contribuyen a un estado de bienestar general. Conclusión En personas mayores de 40 años el desarrollo de la diabetes está estrechamente vinculado al estilo de vida. Evitar la presentación de la enfermedad radicará en los factores ambientales y genéticos de la persona en cuestión. Los factores ambientales que pueden ser modificados para contribuir al correcto funcionamiento de la regulación de la glucemia son: el peso corporal, la actividad física aeróbica y anaeróbica, el equilibrio psíquico y la dieta equilibrada. No hay que dejar de visitar al médico para que determine nuestros factores y controle los niveles de glucemia, así como la visita a un profesional de la nutrición puede favorecernos en la adquisición de una dieta supervisada que nos brinde todos los nutrientes necesarios en su justa medida.

Qué frutas son buenas para la diabetes

Las frutas son un constituyente fundamental en una dieta balanceada. La importancia de su ingesta radica en sus propiedades nutritivas. Son una gran fuente de fibra, vitaminas, minerales, azúcares y agua. Una dieta equilibrada debe aportar unos 20 a 35 gramos de fibra al día o bien 14 gramos cada 1000 kcal ingeridas. En la diabetes es importante el aporte dietario de este elemento dado que retrasa la absorción de los glúcidos y lípidos a nivel intestinal. Además genera volumen dentro del sistema digestivo, lo cual ayuda a generar una sensación de saciedad sin la ingesta excesiva de calorías. El hecho de que se requiera una buena porción de fibra, no quiere decir que un diabético deba consumir mayor cantidad de frutas que un no diabético. Si bien las frutas son ricas en un tipo de azúcar llamado fructosa, esto no es impedimento para que una persona diabética las consuma. Además, el aporte de fibra favorece a una absorción balanceada de la misma. Los nutricionistas han catalogado cada alimento dependiendo del tiempo que tarda el organismo en absorber sus glúcidos. Esto es conocido como índice glucémico. Un alimento con un IG cercano a 100 tenderá a favorecer la absorción rápida de sus hidratos de carbono, en cambio un IG menor a 50 representará lo contrario. Además de esto también hay que tener en cuenta la carga glucémica que poseen, es decir, cuánta cantidad de azúcar posee cada porción de fruta. Lo ideal será combinar un bajo índice glucémico con una baja carga glucémica.

¿Cuáles son las mejores frutas para un diabético?

Teniendo en cuenta su índice glucémico y su carga glucémica aquí citaremos una lista de las mejores frutas para consumo por diabéticos

Cerezas

Ocupan el primer puesto por poseer un IG de 22 y una carga glucémica de 3. Aportan 58,3 kcal cada 100 gramos, son ricas en potasio magnesio y vitaminas A y C. Cada 100 gramos aportan 1,5 gramos de fibra. Al poseer actividad antioxidante bloquea la repercusión de los radicales libres que generan daño tisular y por ende puede tener propiedades protectoras frente a efectos ateromatosos de la diabetes. Entre sus componentes también se encuentra la antocianina, recientes estudios publicados en el Journal of Cellular Physiology relacionan la administración de esta sustancia con una inhibición de los efectos patológicos de la diabetes.

Pomelo o Toronja

Posee un IG de 25 y una carga glucémica de 3, muy similar al de las cerezas. Aporta 27 Kcal cada 100 gramos y 0,8 gramos de fibra en la misma ración. Son ricos en vitamina C y ácido fólico. Ofrecen un buen nivel de potasio y sustancias antioxidantes.

Manzana

Es quizá la fruta más clásica presente a nivel mundial. Tiene un IG de 38 y una carga glucémica de 6. Aporta 1,5 gramos de fibra cada 100 gramos ingeridos y es rica en vitamina A, C y E con propiedades antioxidantes. La ingesta de 100 gramos brinda 41kcal.

Peras

Fruta de intenso sabor dulce con un IG de 38 y una carga glucémica de 4. Si bien su índice glucémico va elevándose frente a otras frutas, su carga glucémica sigue siendo menor a 10, lo cual la convierte en una excelente opción para diabéticos.

Ciruelas

Posee un IG de 39 y una carga glucémica de 5. Aportan 45 kcal y 2,1 gramos de fibra cada 100 gramos. Son ricas en potasio y en vitamina A. También aporta ciertos niveles de vitamina E que es un especial antioxidante. Al igual que las cerezas también poseen niveles considerables de antocianinas.

Fresas o Frutillas

Otra fruta clásica presente a nivel mundial. Posee un IG de 40, un número que va tomando mayor relevancia aunque su carga glucémica es de 1, lo cual la convierte en una buena opción para los diabéticos. Además aporta 34 kcal y 2,2 gramos de fibra cada 100 gramos. Son ricas en vitamina C y E, así como también en magnesio, potasio y ácido fólico.

Melocotón o Durazno

Presenta un IG de 42 y una carga glucémica de 5.Aporta 37 Kcal y 1,4 gramos de fibra cada 100 gramos. Son ricos en potasio, magnesio, vitamina A y C. Además aportan niveles de yodo indispensable para el correcto funcionamiento de la glándula tiroides y del metabolismo basal.

Naranjas

Fruta muy extendida a nivel mundial, posee un IG de 42 y una carga glucémica de 5. Si bien su IG se acerca al límite de los 50, el nivel de carga es pequeña con lo cual es una buena aliada de las dietas para diabéticos. Además es una buena fuente de vitamina C, beta carotenos y ácido fólico. Aporta 36 kcal y 2,3 gramos de fibra cada 100 gramos de pulpa. Son ricas en potasio, magnesio y calcio.

Uvas

Su índice glucémico es de 46 y si bien su carga glucémica se acerca al límite de los 10, aún se encuentra dentro de los límites de las frutas ideales para controlar la hiperglucemia. Podríamos diferenciar entre las uvas blancas y las uvas negras aunque sus propiedades son bastante similares. Ambas son ricas en vitamina A, B y ácido fólico. Aportan niveles similares de fibra y de calorías, 65 kcal cada 100 gramos y 0,5 gramos de fibra. Tiene propiedades antioxidantes

¿Qué frutas son buenas para diabéticos pero deben ser consumidas con moderación?

Las frutas cuyo índice glucémico supera los 50 puntos son consideradas en el rango medio, es decir aportan glúcidos cuya absorción suele ser más rápida que las mencionadas en la lista anterior. De todos modos este dato debe ser comparado con su carga glucémica, ya que una carga pequeña con un índice glucémico alto no genera un gran impacto en términos absolutos. Entre estas frutas encontramos:

Plátano

Posee un IG de 52 y una carga glucémica de 12. Es una de las frutas con mayor aporte glucémico y calórico. Se estima que en 100 gramos de esta fruta se obtienen 85 kcal, 20 gramos de hidratos de carbono y 2,5 gramos de fibra. De todos modos, un plátano promedio no sobrepasa los 80 gramos. Son ricas en potasio y magnesio. Aportan buenos niveles de vitamina A, C y ácido fólico.

Kiwi

Esta fruta posee un IG 53 y una carga glucémica de 6. Aporta niveles considerables de vitaminas A, C y E. Son ricos en potasio y beta caroteno, con un alto aporte de fibra.

Piña o Ananá

Esta fruta presenta un IG de 59 y una carga glucémica de 7. Aporta cada 100 gramos unas 46 Kcal y 1,2 gramos de fibra. Son ricas en potasio, magnesio y yodo. Aporta niveles significativos de vitamina C y ácido fólico

Higos

Posee un IG de 61 y una carga glucémica de 4. Es decir que tiene un alto índice glucémico pero es conservadora con respecto a la carga. Se puede consumir sin muchos problemas en dietas para diabéticos.

Melón

Con un IG de 65 es uno de los más altos, no obstante presenta una carga glucémica baja de 4. Aporta unas 52 Kcal cada 100 gramos y 0,8 gramos de fibra. Son muy ricos en potasio. También ofrece considerable concentración de magnesio, calcio, hierro no hem, vitaminas A y C y ácido fólico.

Sandía

Con un alto contenido de agua presenta un IG de 72 y una carga glucémica de 4. Es rica en licopeno, una sustancia relacionada con propiedades antioxidantes que se piensa puede favorecer en la protección de enfermedades cardiovasculares y también degenerativas. En conclusión, no hay restricción alguna para la ingesta de frutas en un paciente diabético. La mayoría de ellas no tiene una carga glucémica relevante que pueda afectar la vida diaria del paciente. Además, el organismo se ve beneficiado con su consumo ya que aportan niveles significativos de fibra, vitaminas y minerales necesarios para un correcto metabolismo general. Fuentes: Damiano S et Col. “A red orange and lemon by-products extract rich in athocyanins inhibits the progression of diabetic nephropathy”. 2019. Journal of Cell Physiology. Edith Milena Álvarez M. Manual de nutrición en diabetes para profesionales de la salud. EdtorialAlfil. 2012. México DF. Goldman-Cecil. “Diabetes Miellitus” en su Tratado de Medicina Interna, tomo II. 25°Edición. 2017 Elsevier. Barcelona, España.

Método casero para saber si tengo diabetes

Método casero para saber si tengo diabetes La diabetes es una enfermedad que ha ganado mucho terreno en los últimos años. El estilo de vida sedentario y los hábitos nutricionales han cobrado gran protagonismo en su marcada incidencia. La preocupación a nivel mundial es tal que la Organización Mundial de la Salud se ha comprometido en el desarrollo de programas preventivos que buscan el control de esta nueva epidemia. Se estima que hay más de 400 millones de diabéticos en el mundo y muchos de ellos no conocen su condición hasta que son diagnosticados tardíamente por alguna complicación de la enfermedad. Para evitar llegar a ese estadio, es necesario que cada uno se comprometa responsablemente con su salud y decida realizarse un chequeo general con su médico de confianza. El diagnóstico definitivo de la enfermedad solo puede ser dado por un profesional de la salud mediante exámenes de sangre en donde se miden los niveles contenidos de glucosa, generalmente en ayunas. Sin embargo, hay métodos que nos pueden dar indicios de nuestro estado sin recurrir al laboratorio. Pero cuidado, estos métodos no deben reemplazar la visita al médico matriculado y debe servir solo como método orientativo.

Formas caseras de saber si tengo diabetes

En el consultorio la base del diagnóstico de la diabetes está dada por la clínica que presenta el paciente y sus estudios de laboratorio. Es decir que el médico clínico ante un paciente con ciertos síntomas puede sospechar de un cuadro diabético y en función a ello prestará mayor atención a los niveles de glucosa en sangre. Siguiendo la analogía a este método diagnóstico llevado a cabo en el consultorio, podemos usar la misma técnica en nuestros hogares. Con respecto a la clínica: 1) Prestaremos atención a los síntomas primarios de la diabetes 2) Revisaremos la curación de heridas simples 3) Revisaremos el tiempo de relleno del lecho ungueal Con respecto a los estudios de laboratorio: 4) Mediremos nuestra glucosa en sangre en casa

Síntomas de la diabetes

Cantidad de Orina

El término diabetes hace referencia a la marcada cantidad de orina que elimina el cuerpo del afectado, algo que en medicina conocemos bajo el nombre de “poliruria”. Si la orina aumenta en cantidad y frecuencia, puede ser un signo de diabetes.

Orina dulce

Si bien puede sonar desagradable, el nombre de la enfermedad “diabetes miellitus” hace referencia al sabor dulce que adquiere la orina por la presencia de glucosa concentrada en ella. En condiciones normales la micción no debe contener glucosa pero en un diabético la cantidad de esta molécula en sangre es tan alta que supera el umbral de tolerancia y pasa a filtrarse por los riñones. Esta condición le otorga a la orina un gusto y olor particularmente dulce.

Polifagia

Esta es la palabra médica para designar una persona que tiene hambre de manera constante y que no puede ser saciada por más que su ingesta sea contundente. Esto se debe a que si bien hay glucosa en la sangre, la misma no puede ser utilizada por las células como alimento para generar energía. El cuerpo entiende esta situación como una falta de ingesta calórica y lo traduce en una estimulación de la orexia (hambre).

Astenia

Con este término definimos a una persona que sufre de cansancio constante. Ante la imposibilidad de metabolizar la glucosa, las células musculares no pueden fabricar reservas energéticas y por ende se encuentran en un estado marcadamente fatigable.

Sed intensa

La imposibilidad de ingresar la glucosa en las células trae como consecuencia el vuelco y aumento de su concentración en sangre modificando las condiciones físicas del fluido. A su vez, la filtración de la molécula en el riñón hace que el agua sea arrastrada junto a ella perdiendo gran volumen de líquido. Esta depleción hídrica es censada por el hipotálamo y comprendida como una falta de hidratación, en respuesta se genera un estímulo intenso en el centro controlador de la sed que lleva a la persona a ingerir gran cantidad de líquido. La presencia de cualquiera de estos síntomas puede ser nuestro primer indicio de un desbalance en la glucemia. Es necesario prestar especial atención durante el día sobre la cantidad de veces que se recurre al sanitario y el aspecto de la orina generada. El primer punto de la evaluación casera será entonces determinar si presentamos algún síntoma característico de la enfermedad.

Existe más de un tipo de diabetes. ¿Estos síntomas se encuentran en todos ellos?

Sí. El término diabetes no hace referencia a una enfermedad sino a un síndrome, el cual tiene como característica común el aumento de la glucemia. Las causas pueden ser variadas, pero se las ha agrupado en cuatro grandes grupos. Diabetes Miellitus tipo 1, Diabetes Miellitus tipo 2, Diabetes gestacional y Otros (Basados en la carga genética y ciertas mutaciones) Los síntomas mencionados anteriormente son clásicos para cualquiera de estos tipos. Es decir, sirven para guiar a la persona sobre su estado sea cual sea el tipo de diabetes que padezca. Sin embargo hay factores que pueden orientarnos hacia qué categoría le corresponde le al cuadro. En un diabético de tipo 1 la contextura corporal tenderá a ser delgada. Son personas con un temperamento mayoritariamente nervioso y que pueden presentar un cuadro de cetoacidósis diabética cuando se encuentran descompensados. En estos casos la persona se encuentra delirante, confusa, con náuseas y vómitos. Además presenta un aliento particular similar al olor de la manzana, consecuencia de la eliminación por la vía aérea de ciertos productos bioquímicos generados en grandes cantidades por la descompensación. El diabético de tipo 2 suelen ser personas que superan los 20 años de edad con algún tipo de sobrepeso y que en caso de no controlarse pueden cursar con un síndrome hiperglucémico-hiperosmótico. E ste síndrome es un cuadro de intensa deshidratación por aumento excesivo de la concentración glucémica que puede llevar al estado de coma.

Estado de las heridas simples

Otro de los indicios que pueden ayudar a determinar la presencia de diabetes miellitus es el tiempo en el que nuestras heridas simples demandan para sanar. Los altos niveles de glucosa en sangre hacen que las terminaciones nerviosas no censen el dolor de la manera convencional. El paciente posee una sensibilidad limitada que lo lleva fácilmente a lastimarse sin tomar conocimiento de ello. Además, el sistema inmunológico se encuentra comprometido en estos pacientes por acción de la glucosa sobre las proteínas encargadas de ejercer la defensa contra agentes patógenos. Es así como pequeñas heridas pueden prolongarse en el tiempo e infectarse con facilidad.

Retardo en el llenado del lecho ungueal

En aquellos pacientes donde la diabetes genera un cierto grado de deshidratación y concentraciones altas de glucosa, puede observarse mayor grado de espesamiento de la sangre. Por este motivo, cuando una persona presiona una de las uñas del paciente y la suelta abruptamente puede tardar más tiempo del habitual para dejar la palidez y retomar su coloración normal.

¿Existe un método casero para medir la glucosa en mi casa?

La respuesta es ambigua. Existen dispositivos que permiten a una persona realizarse un glucotest en su casa sin necesidad de asistir a un laboratorio. Estas herramientas se venden en las farmacias y constan de un lector electrónico y un conjunto de tarjetillas donde se deposita una gota de sangre para su examinación. Luego de ingresar la tarjetilla en el dispositivo este marcará la concentración de glucosa en sangre. Hay que tener en cuenta que no es un examen definitivo y que el diagnóstico debe ser determinado obligatoriamente por un médico. Sin embargo es el método más fidedigno para acercarse a un posible diagnóstico desde el hogar. No hay que olvidar que los valores normales de glucosa varían dependiendo de si la persona está en ayunas o si ha ingerido alimento previo al examen. En una persona en ayunas de ocho horas el valor normal de glucosa debe dar por debajo de los 110mg/dl. Una glucemia mayor de 126mg/dl repetido en el tiempo ya puede ser considerado diagnóstico de diabetes. Una medición que varía entre 110 y 125mg/dl es considerada como glucemia alterada en ayunas. Si la persona ha ingerido alimento previo al test, el umbral que separa lo diabético de lo no diabético es el valor de 200mg/dl. Conclusión Técnicamente hablando, no existe un método casero para determinar si una persona sufre de diabetes o no. En todos los casos es necesario un examen de sangre que mida la concentración de glucosa para poder determinar la presencia de una alteración. No obstante, cada uno en su hogar puede indagar sobre su estado glucémico gracias a la presencia de signos y síntomas primarios, así como también indicios sobre el estado de la evolución de las heridas y el tiempo que tarda en recuperarse el llenado ungueal. Para mayor certeza se puede recurrir a la medición de la glucemia con los dispositivos especiales que pueden adquirirse en las farmacias.