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Diferencia entre revisiones de «Autor»

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{{otros usos|autor hemor abu abdullah(desambiguación)}}
{{redirige aquí|Coautor|Coautor (derecho)}}
El '''autor''' es la persona que crea una obra, sea [[obra artística|artística]],
[[literatura|literaria]] o [[ciencia|científica]]. El autor no solo crea, también, puede cambiar alguna obra.
 
El '''autor''' (en femenino, '''autora'''; del latín ''auctor, -ōris'', «aumentador, productor, creador, autor, padre, abuelo, antepasado, fundador»)<ref>[[Agustín Blánquez Fraile|Blánquez Fraile, A.]] ''Diccionario Latino-español, español-Latino''. Barcelona: Ramón Sopena, 1988, p. 217.</ref> es la persona que crea o incluso modifica una obra, sea [[artística]], [[literaria]] o [[científica]]. En la literatura, el concepto de autor tiene que ver con el [[sistema literario]], al igual que las ideas de [[lectura (educación)|lector]], [[edición de libros|editor]] y [[obra literaria]]. Para [[Michel Foucault]], el autor es una función presente en algunos discursos, es representado por el nombre propio (del autor), separado del sujeto empírico. Y, siendo una función del discurso, «permite reagrupar un determinado número de textos, delimitarlos, excluir algunos, oponerlos a otros».<ref>[[Michel Foucault|Foucault, M.]] ''¿Qué es un autor?'' Buenos Aires: Ediciones Literales, 2010, p. 20.</ref> La noción de autor se ha transformado a lo largo del tiempo debido a las diferentes prácticas históricas y a la [[crítica literaria]] y [[teoría literaria]];<ref>[[Adriana de Teresa Ochoa|De Teresa Ochoa, A.]] (2010). “La función del autor en la circulación literaria”, en ''Circulaciones: trayectorias del texto literario'', Adriana de Teresa Ochoa (coord.), México: UNAM /Bonilla Artigas Editores, 2010, p. 106.</ref> la concepción contemporánea de autoridad tiene sus orígenes en el [[Renacimiento]], y se relaciona con la [[originalidad]], la [[autoridad]] y la [[propiedad]] moral o intelectual y económica.
En la literatura, el autor es una noción que pertenece al [[sistema literario]], así como las nociones de [[lector]], [[edición de libros|editor]] y [[obra literaria]].
 
Para [[Michel Foucault]], el autor es una función presente en algunos discursos, es representado por el nombre propio (del autor), separado del sujeto empírico; y siendo una función del discurso, "permite reagrupar un determinado número de textos, delimitarlos, excluir algunos, oponerlos a otros".<ref>Foucault, Michel. ''¿Qué es un autor?'' Buenos Aires: Ediciones literales, 2010, p. 20.</ref>
 
La noción de autor se ha transformado a lo largo del tiempo debido a las diferentes prácticas históricas y a la [[crítica literaria]] y [[teoría literaria]];<ref>De Teresa Ochoa, Adriana. “La función del autor en la circulación literaria”, en ''Circulaciones: trayectorias del texto literario'', Adriana de Teresa Ochoa (coord.), México: UNAM /Bonilla Artigas Editores, 2010, p. 106</ref> la concepción que tenemos de ella en la actualidad; tiene sus orígenes en el [[Renacimiento]]; y está relacionada con términos de [[originalidad]], [[autoridad]], y [[propiedad]] moral o intelectual y económica.
 
El término proviene del latín ''auctor, -ōris'', "aumentador, productor, creador, autor, padre, abuelo, antepasado, fundador".<ref> Blánquez Fraile, Agustín. ''Diccionario Latino-Español, Español-Latino''. Barcelona: Ramón Sopena, 1988, p. 217</ref>
 
== Antecedentes ==
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Por su parte, [[Gregory Nagy]] asegura que cada cantor, era a la vez, coautor del poema: cada cantor iba aportándole algo nuevo a la [[composición musical|composición]]. Los poetas, al tiempo que se alejaban del momento de creación, mitificaban a los poetas "originales"; y, de esta forma, la identidad del poeta (inventor) era absorbido por la mitificación que se hacía sobre él, y esta mitificación a la vez legitimaba los poemas y a los poetas (cantores) de una tradición. [[Homero]] sería, entonces, el nombre que utilizaría la tradición Homeridai para autorizarse a sí misma; y el nombre del autor sería la imitación de su figura. El resultado de esta acción fue que, si el autor no existía, la sociedad lo inventa por necesidad de creer en un origen unitivo.<ref>Bennett, Andrew; ''Op. cit''. p. 35</ref>
 
Para Nagy, en la Grecia preclásica, el poeta o cantor era sinónimo de vidente. Mientras que en la Grecia clásica hay una ruptura distintiva: el poeta se convierte en un artesano de las palabras mientras que el cantante sigue siendo el vidente con inspiración divina. Y en la etapa posclásica de la cultura griega se pensaba en el poeta como alguien que tenía acceso a la inspiración divina, por una lado, y como un artesano quien tenía poder sobre las palabras, la historia y la [[retórica]], por el otro. El poeta, iluminado por lo divino, quedaba fuera de la sociedad, era despreciado o incomprendido por el público. Esta concepción de hombre de letras "iluminado" y alejado del mundo sobreviviría en el inconsciente de la cultura occidental, y resurgiría en el [[Romanticismo]].<ref>Bennett, Andrew; ''Op. cit''., p. 35</ref>
 
[[Platón]] hace consideraciones sobre el poeta en los diálogos Ion, [[Fedro]] y [[Lysis]]. Como la poesía era la expresión de las musas o lo divino, el poeta estaba fuera de sí, y no utilizaba su razón, ni siquiera tenía acceso al conocimiento verdadero (episteme), sino que apenas podía poseer una opinión verdadera (eudaxia).<ref>Bennett, Andrew; ''Op. cit''., p. 37</ref><ref>De Teresa, Adriana, Op. cit., p. 107-108.</ref> Después, [[Platón]], en el libro X de [[República (Platón)|La República]], considera que el autor, en tanto que imita la realidad, se aleja doblemente de la Verdad –y por lo tanto, los poetas deben ser expulsados de su República-.<ref>Platón, ''La República'', México: Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana, 2ª ed., 2000.</ref> [[Aristóteles]], en su [[Poética]], consideraba que una obra era artística, en tanto realizaba una mímesis de la realidad. Esto quiere decir que lo artístico, se diferenciaba de lo natural y lo artificial. Lo natural tenía en su esencia las cuatro causas (eficiente, final, materia y formal) de su “actuar” o devenir. En lo artificial alguna de las cuatro causas ha sido modificada por el hombre. Y lo artístico, en la medida de que era mimético, solo aparentaba ser, pero no eran ; obviamente, gracias a la intervención humana.<ref>Aristóteles, ''Poética'', México: Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana, 2ª ed., 2000.</ref>
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A.J. Minnis considera otra acepción para el auctor medieval: el autor, por haberse especializado profundamente, tenía una identidad privilegiada: tenía autoridad (auctoritas) y honor, su autoridad podría llegar a considerarse divina. No obstante, estas dignidades no se les atribuían a los contemporáneos, sino a los autores de la Antigüedad clásica, por ser los fundadores de disciplinas de conocimiento. En esta acepción, autor no era para quien escribía, sino para quien se debía leer.<ref>Bennett, Andrew, ''Op. cit''., p. 40.</ref>
 
Los escritores vernáculos comenzaron a desear ser reconocidos como autores. Para serlo debieron demostrar gran elocuencia, y, por lo tanto, fueron leídos como herederos de una tradición. Para el {{siglo |XIV||s}}, con el propósito de que su individualidad fuera reconocida, los escritores comenzaron a nombrar sus obras, a llamarse a sí mismos poetas y a asumir responsabilidades por las historias que contaban. Andrew Bennett ve los primeros vestigios de la concepción de autoría en [[Geoffrey Chaucer]].<ref>Bennett, Andrew, ''Op. cit''., p.43.</ref>
 
== Modernidad: construcción de la noción de autor ==
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=== Ilustración ===
Las transformaciones del [[Renacimiento]] desembocan a finales del {{siglo |XVII||s}} en el advenimiento de una nueva serie de valores y concepciones del mundo. En el panorama clasicista, con su doctrina apoyada en el poder de la razón humana y donde cada vez era más fuerte la emancipación de la literatura y la floración profana, se llegó a la exaltación del “hombre de letras”, cuya función principal era el ejercicio de la razón filosófica.
 
La noción de autor en el siglo de las luces se encontraba ya constituida en una amplia clasificación denominada “gens de lettres” que abarcaba a los filósofos, los sabios y escritores para el público en general; lo que sería hoy el [[intelectual]].<ref>Bénichou, Paul. ''La coronación del escritor 1750-1830. Ensayo sobre el advenimiento de un poder espiritual laico en la Francia moderna''. México: Fondo de cultura económica, 1981, p. 22</ref>
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El [[Romanticismo]] fue un movimiento cultural que se opuso a los cánones estéticos de la [[Ilustración]], ocurrió un cambio de paradigmas que se enfocó en las cualidades subjetivas del hombre como los sentimientos y la imaginación; y les otorgó a estas un estatuto de mayor importancia. Mediante la imaginación, el poeta accedía a verdades superiores y divinas y, a la vez, tenía el poder de crear mundos que dialogaban y transformaban con y al mundo exterior.<ref>De Teresa, Adriana, ''Op.cit''., p. 114.</ref>
 
Simultáneamente a la autonomización del campo intelectual, los autores buscaron la liberación de las limitaciones que el gusto del público podía ocasionarles en el proceso creativo. Es decir, el objeto de la literatura, del circuito literario debe especializarse. Algunos, incluso, despreciaban el gusto popular. Esta ruptura se intensificó en el [[Romanticismo]] y su encumbró a finales del {{siglo |XIX||s}} y principios del {{Siglo|XXI}}, con el surgimiento de las [[vanguardismo|vanguardias]] y del ideal del arte por el arte. De tal forma que los escritores fueron asumidos como creadores independientes y genios autónomos.
{{Cita|No tengo ningún deseo particular de que alguien, excepto por mis conocidos, piense que el autor es mejor que sus personajes imaginarios.|[[Lord Byron]], ''The Corsair''}}
 
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Cuando el [[campo intelectual]] se autonomiza, su producto se vuelve más específico y es marcado por su valor estético y económico. Ambos aspectos marcan el lugar de sus agentes y sus relaciones. Es decir, las relaciones y sus integrantes se forman en relación con el interior y el exterior del campo intelectual (intelectuales y público, el último no siempre se refleja en el mercado). Los autores no estaban exentos a recibir opiniones, ya que las opiniones podían garantizar la autonomía económica de los autores.
 
Entonces, la obra artística tiene una doble valoración (simultáneamente): artística y económica. Y las valoraciones que se dan a la obra al exterior del campo literario, dependen la las valoraciones que se hagan al interior, de la competencia por la legitimidad cultural, la cual no es equivalente al éxito en el mercado.<ref>Bourdieu, Pierre, ''Op. cit''. p. 31</ref>
 
La obra exige ser reconocida con base en la pureza de la intencionalidad artística. El público común, por lo tanto, no podrá tener acceso directo a la obra, y necesitará la mediación del crítico. El nombre del autor es una representación de la valoración y del enjuiciamiento de la obra de un artista, construida por la aceptación, el rechazo, el consumo y la interpretación que tengan el público y la crítica hacia la obra. El artista siempre aceptará, rechazará o diferirá de tal representación, pero nuca podrá ignorarla. Así, se demuestra que la sociedad interviene en el proyecto creador, porque el artista se posicionará, mediante su obra, frente al juicio que se haya hecho de él.<ref>Bordieu, Pierre, ''Op. cit''. p. 25</ref>
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# Relación de apropiación. Los textos comenzaron a tener autores cuando al discurso se le otorgó el poder de transgresión y se necesitaba entonces castigar al autor. Los discursos que poseen la función-autor son objetos de apropiación.
# Relación de atribución. La función-autor no es igual en todas las culturas ni en todos los tiempos y mucho menos en todos los discursos. Hoy se ha instaurado al autor como “el lugar originario de la escritura” y es el que permite explicar elementos de las obras literarias, resolver contradicciones o encontrar respuestas a las preguntas que una obra pueda remitir. La relación de atribución se puede observar como influenciada por la [[exégesis]] cristiana, con los cuatro criterios de [[Jerónimo de Estridón|San Jerónimo]] como ejemplo principal.
# Posición del autor. En un texto se encuentran diferentes signos que remiten al autor, como los pronombres, las declinaciones de los verbos, etc. Tales indicadores no remiten al escritor real sino al alter ego y en la escisión del ''alter ego'' con el escritor es donde se encuentra la función autor.
 
A diferencia de discursos de otra índole, como los científicos, los discursos literarios están completamente dotados de la función-autor, por otro lado, la función-autor se da de maneras diferentes en diferentes culturas y se ha transformado a lo largo del tiempo.
[[Michel Foucault]] reconoce a otro tipo de autores que no solo son los creadores de un texto, sino los creadores de una disciplina, una teoría o de una tradición. A dichos autores los llamaría “fundadores de discursividad”.<ref>Foucault, Michel, ''Op. Cit''., p. 31.</ref>
{{Cita|No son solamente los autores de sus obras, de sus libros. Produjeron algo más: la posibilidad y la regla de formación de otros textos.|[[Michel Foucault]], ''¿Qué es un autor?''}}Personajes como [[Sigmund Freud]] y [[Karl Marx]] son fundadores de discursividad, a partir de ellos es posible hacer analogías o marcar diferencias pero siempre en relación con su discurso fundador. La validez teórica en una proposición, dentro del [[psicoanálisis]], por ejemplo, se define siempre en relación con las constataciones de Freud. Es esto lo que los hace diferentes de los discursos científicos, pues “el reexamen del texto de [[Galileo Galilei|Galileo]] bien puede cambiar el conocimiento que tenemos de la historia de la [[mecánica]], nunca puede cambiar a la mecánica misma. En cambio, el reexamen de los textos de Freud modifica al mismo psicoanálisis, y los de Marx, el [[marxismo]]”.<ref>Foucault, Michel, ''Op. Cit''., p. 38</ref>
 
Personajes como [[Sigmund Freud]] y [[Karl Marx]] son fundadores de discursividad, a partir de ellos es posible hacer analogías o marcar diferencias pero siempre en relación a su discurso fundador. La validez teórica en una proposición, dentro del [[psicoanálisis]], por ejemplo, se define siempre en relación a las constataciones de Freud. Es esto lo que los hace diferentes de los discursos científicos, pues “el reexamen del texto de [[Galileo Galilei|Galileo]] bien puede cambiar el conocimiento que tenemos de la historia de la [[mecánica]], nunca puede cambiar a la mecánica misma. En cambio, el reexamen de los textos de Freud modifica al mismo psicoanálisis, y los de Marx, el [[marxismo]]”.<ref>Foucault, Michel, ''Op. Cit''., p. 38</ref>
 
== Referencias ==
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*Barthes, Roland. “La muerte del autor”. ''El susurro del lenguaje''. Barcelona: Paidós, 1987
*Bennett, Andrew, ''The author''. Oxford, Routledge, 2005
*Bénichou, Paul. ''La coronación del escritor 1750-1830. Ensayo sobre el advenimiento de un poder espiritual laico en la Francia moderna''. México: [[Fondo de Cultura Económica|Fondo de cultura económica]], 1981.
*Blánquez Fraile, Agustín. ''Diccionario Latino-Español, Español-Latino''. Barcelona: Ramón Sopena, 1988.
*Bourdieu, Pierre, ''Campo de poder, campo intelectual''. Montressor, 2002.
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*Estébanez Calderón, Demetrio. ''Diccionario de términos literarios''. Madrid: Alianza, 1996.
*Foucault, Michel. ''¿Qué es un autor?''. Buenos Aires: Ediciones literales, 2010.
*Genette, Gerard, ''Ficción y dicción''. [[España]]: Lumen, 1993.
*Montaigne, Michel de. ''Ensayos escogidos''. México: UNAM, 1983.
*Platón, ''El banquete: Fedón y Fedro''. Madrid: Guadarrama, 1969, [Traducción e introducción de Luis Gil].