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El Valladolid del Conde Ansúrez - Blog Cultura y Turismo
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Curiosidades y leyendas Personajes e historia

El Valladolid del Conde Ansúrez

30 enero, 2019

Fue uno de los principales magnates del reinado de Alfonso VI y coetáneo de El Cid. Es recordado como ejemplo de férrea lealtad por haber mantenido fidelidad a sus dos señores: Alfonso el Batallador, como su señor feudal, y la Urraca I, como vasallo ‘natural’ de la reina; pese a los riesgos que entrañaba su aplaudida decisión.

En el XI centenario del fallecimiento del conde Pedro Ansúrez, repoblador de la ciudad e impulsor de la villa, recorremos los enclaves ligados a su azarosa vida y a su no menos interesante leyenda.

Estatua del Conde en la Plaza Mayor

La efigie del Conde Ansúrez que preside la Plaza Mayor de Valladolid es uno de los homenajes al noble más reconocidos por los vecinos. Esta obra del riosecano Aurelio Carretero –autor, también, de la estatua de José Zorrilla en la plaza que lleva el nombre del poeta- huye de ornamentos innecesarios por deseo de su autor, quien quiso centrarse en el peso histórico del conde.

Así, en esta imagen Pedro Ansúrez tan solo lleva el pendón del reino de Castilla y el documento de la fundación de Valladolid. Su base incluye relieves en bronce que representan dos importantes momentos en la vida del noble –su presentación ante el Rey y la construcción de la iglesia de Santa María la Mayor, hoy la Colegiata-, una inscripción y el escudo de Valladolid.

Aunque la idea comenzó a tomar forma a mediados del siglo XIX, se pospuso hasta 1903, año en que fue inaugurada –y, aún, sin pedestal, que no se terminó hasta tres años después.


Retrato en la Casa Consistorial

Después de la citada estatua este es, posiblemente, el rostro más conocido entre los vallisoletanos del Conde Ansúrez.

No obstante, poco es su rigor histórico: lo pintó Pedro Díaz Minaya en el siglo XVII, mucho después de su muerte. Se trata de un retrato idealizado del noble, que ni siquiera respeta la vestimenta de la época en la que vivió.

En el lienzo se puede leer una dedicatoria al “Conde Don Pedro Ansúrez de gloriosa memoria, sacado de uno que se halló en el Archivo de Simancas en un privilegio firmado de su mano. Hizose por mandado del Cabildo de esta Real Casa de Santa María de Esgueva siendo diputados los señores don Diego Sarmiento de Acuña y don Diego de Vega y Alar, con año de 1606”. 

Diego Sarmiento sería después conocido por ser Conde de Gondomar, propietario de la llamada entre los vecinos ‘Casa del Sol’, una de las sedes del Museo Nacional de Escultura.

Colegiata de Santa María

De todas las fundaciones atribuidas al Conde Ansúrez en Valladolid, la Colegiata de Santa María es la única plenamente respaldada por el rigor histórico. Una carta, que aún se conserva, acredita su consagración el 21 de mayo de 1905.

Fue el primer emplazamiento de sus restos. En la nueva colegiata, reedificada en el siglo XIII, la tumba se localizó en diversos lugares, por lo que nada se sabe sobre el enterramiento primitivo. Siglos después, sus restos fueron trasladados a la nueva catedral.

Sepultura en la Catedral

En la capilla que queda a la izquierda del altar, por donde se accede al Museo Catedralicio, descansa el conde desde el traslado de sus restos a finales del siglo XVII. Su sepultura es una sencilla talla policromada bajo la representación del arcángel San Miguel –patrón de Valladolid hasta 1746, cuando San Pedro Regalado fue nombrado como tal-.

La pintura está custodiada por los escudos de armas que tradicionalmente han sido atribuidos a Pedro Ansúrez: un damero de oro y sable. Como nos recuerda el Museo de Valladolid el conde no tuvo escudo propio. Este, al que se ha ligado su figura, corresponde a sus descendientes, los Armengol.

Las inscripciones que completan el conjunto le atribuyen las fundaciones de la Iglesia Mayor, la Antigua, el Puente Mayor y otras tantas.

Dice la tradición oral que la espada atribuida al Conde, expuesta en el Museo de Valladolid, se encontró al abrir su sepulcro. Sin embargo, de nuevo, no existen pruebas que lo acrediten.

Iglesia de la Antigua y calle Esgueva

La Iglesia de Santa María La Antigua y el desaparecido Hospital Esgueva –en lo que hoy es calle Esgueva- son dos de las fundaciones que la tradición ha atribuido al conde. Pese a ello, no existen pruebas que puedan asegurarlo de modo incontestable.

No hay constancia de que la Antigua existiera antes de 1177 (se cree que Pedro Ansúrez murió hacia 1119) y toda edificación anterior se ha perdido. Lo mismo ocurre con el Hospital Esgueva, pues la documentación más antigua que se conserva data de unos 70 años después de su muerte.

Museo de Valladolid

El Museo de Valladolid es un alto imprescindible para profundizar en la relación del Conde Ansúrez con la ciudad. Además de contar con una colección arqueológica que permite contextualizar su época, como monedas del rey Alfonso VI y su hija Urraca, el centro expone piezas relacionadas con la figura -y la leyenda- de Pedro Ansúrez.

La espada que se dice perteneció al noble o múltiples representaciones del escudo que se le atribuye -bordados o cerámicas recuperados del Hospital Río Esgueva- son algunas de las piezas que permiten conocer más acerca de su intensa vida.

Puente Mayor

La ruta del Conde Ansúrez en Valladolid finaliza a orillas del Pisuerga. Aunque el Puente Mayor es otro de los legados que la leyenda ha ligado a Pedro Ansúrez y, en especial, a su esposa, la Condesa Eylo, la actual pasarela de piedra se levantó en torno a 1187. Pese a este dato, sí es posible que a esta altura del río existiera con anterioridad un puente, aunque posiblemente se tratase de una plataforma de madera.

Te descubrimos las dos leyendas sobre la creación del Puente Mayor que relaciona su construcción con la condesa Eylo, protagonizadas por el mismísimo diablo y por el musulmán Mohammed.

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