Luz Sanz Díaz | Pág nº 05 | Relatos de poder
Relatos de poder
Con el arrasador triunfo de la postverdad nuestra vida ha sido poblada por relatos. Un relato es a la realidad lo que un mapa al territorio. El problema es que los relatos se van construyendo a diversos niveles alejándose con ello paulatinamente de la realidad. Los metarrelatos que habitualmente manejamos tienen muy poco que ver con la verdad y aunque nos hagan sentir cómodos pueden no ser útiles para ninguna otra cosa.
En pocas ocasiones usamos noticias “crudas”, es decir, sin cocinar adecuadamente con la salsa de nuestras ideologías de género, clase o política en general. Las emisoras de televisión se llenan de tertulianos que ofrecen interpretaciones de los hechos en función de esos mismos parámetros mencionados antes.
El problema actual es que poca gente es consciente de este sueño colectivo que compartimos solo con los afines.
Un ejemplo paradigmático del tremendo abuso de esta alucinación grupal elaborada cuidadosamente, lo constituyen todos los relatos en torno al “Procés” que ha sido un enorme laboratorio de elaboración de una realidad paralela con fines de manipulación política. Los ideólogos de esta fantasía han edificado cuidadosamente todo un escenario alternativo que ha llevado a sustentar esta extraña reivindicación en la que una gran parte de la población ha asumido unos programas que, aun sabiendo que pueden no ser ciertos y que las consecuencias pueden ser graves, se retroalimentan entre sí
El problema de los relatos y su falta de contacto con el territorio del que se parte es la dificultad para poder dialogar sobre esa base irreal ya que es necesario al menos un acuerdo sobre el punto de partida.
Por añadidura los relatos tienen un efecto cohesivo en los grupos y ayuda al sentido de pertenencia a los mismos el vivir la misma “ilusión”. Sin embargo, esta ficción puede no ser compartida por el resto de la humanidad o al menos por otros colectivos cercanos. El problema es doble ya que si no se conoce bien la realidad no se podrá interaccionar adecuadamente con ella y los acuerdos con personas de otros grupos pueden llegar a ser muy problemáticos.
Este asunto es de actualidad en nuestra situación política ya que son fundamentales los pactos y negociaciones con otras fuerzas distintas a la nuestra y las dificultades de entendimiento nos están llevando a zonas al límite de rupturas y riesgos como el de nuevas convocatorias electorales que podrían conducir al fracaso de nuestro proyecto.