Jikininki
En el budismo japonés, los jikininki (
Salen a merodear por las noches para profanar las tumbas y alimentarse de cadáveres. Son zombis, es decir muertos vivos.[1]
A menudo se dice que los jikininki se parecen a cadáveres en descomposición, quizás con algunas marcas no humanas como garras afiladas u ojos brillantes. Son una terrible visión, y cualquier humano que vea uno quedará congelado por el miedo. De cualquier manera, bastantes historias les dan la habilidad de disfrazarse mágicamente como un ser humano normal e incluso de llevar "vidas" normales durante el día.
Los jikininki son pretas de la vigesimosegunda clase en el budismo japonés. También son considerados a veces como una forma de rákshasa o gaki (‘fantasmas hambrientos’). En el último caso, pueden ser liberados de su existencia deplorable a través de recordatorios y ofrendas (segaki).
Jikininki también es el título de una película dirigida por Ted Geoghegan.[2]
Véase también
[editar]Referencias
[editar]- ↑ Vampiros, hombres lobos y zombies. Capítulo: Mitos universales sobre monstruos, página 66/67, editorial El Ateneo, ISBN 978-950-02-0594-8
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