| enero 18, 2008 |
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| " En la actualidad más de 4200 personas se encuentran secuestradas en Colombia" |
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 | Artículos |
 HOY SE CUMPLEN 15 AÑOS DEL ASESINATO DE LA PERIODISTA DIANA TURBAY
Fecha: 1/25/2006
Por: El tiempo. --- Carolina Hoyos esperaba con urgencia el regreso de su mamá, Diana Turbay. Había partido el jueves 30 de agosto de 1990 para realizar una supuesta entrevista al cura Manuel Pérez, dirigente del Eln, y le había prometido esa mañana, que en cinco días estaría de vuelta en Bogotá para acompañarla al odontólogo.
“No sabía que esa promesa y la llamada al colegio para decirme: Mi María linda, te adoro, serían las últimas. Así se fue mamá, amando al periodismo”, recuerda 15 años después Carolina.
Tanto ella, como su madre doña Nidia Quintero y su padre el ex presidente Julio César Turbay Ayala, no imaginaban que el trabajo periodístico, que apasionaba a Diana, terminaría en una tragedia.
Sin embargo, ellos y sus compañeros del Noticiero Criptón, del cual Diana era accionista, empezaron un verdadero calvario cuando el 3 de octubre, 32 días días después de su partida, el Gobierno admitió que ella y sus cinco compañeros de equipo estaban en poder del grupo Los Extraditables.
Eran los días de la guerra contra el cartel de Medellín y su temible jefe, Pablo Escobar Gaviria. Y aunque con antelación, el capo del narcotráfico ya había secuestrado a varios industriales antioqueños con fines económicos, en realidad el primer secuestro para presionar al gobierno de Cesar Gaviria, sobre el tema de la extradición, fue el de Diana Turbay y de ahí en adelante vinieron los de otros periodistas como Francisco Santos, hoy vicepresidente de la República.
“Mi madre iba muy confiada en que lograría hablar con el cura Pérez, porque también creía que el periodismo era un canal para contribuir a la paz...”, dice Carolina.
Y efectivamente, para Pablo Escobar esa era la trampa perfecta: un hombre que pertenecía a la banda de Los Priscos (sicarios) se hizo pasar por un vocero del Eln, la contactó y negoció con ella un encuentro que duraría cerca de 20 días, por posibles dificultades en el desplazamiento.
El hijo menor de Diana tenía apenas tres años y eso la frenaba un poco para aceptar la entrevista, pero después de llegar a un acuerdo con el falso guerrillero, accedió al viaje que supuestamente duraría cuatro días.
Sin embargo, sin saber lo que ocurría con Diana Turbay y sus compañeros del noticiero Criptón, el presidente Gaviria anunció el 5 de septiembre la entrada en vigencia del decreto 2047 que ofrecía la no extradición y otros beneficios, a los narcotraficantes que se entregaran, confesaran sus delitos, devolvieran sus bienes y dieran información sobre sus socios.
El secuestro de Diana lo dejaba en condiciones de superioridad ante la propuesta. Entonces empezaron cadenas de oraciones, misas por el pronto regreso de los periodistas y la súplica de doña Nidia Quintero: “que no haya un operativo para rescatarlos”. Esa fue la petición al presidente Gaviria.
Sin embargo, la presión de Escobar y los Extraditables parecía que no iba a cesar. Para la primera semana de enero de 1991, cuatro de los comunicadores habían sido liberados. Solo Diana y el camarógrafo Richard Becerra seguían en cautiverio.
Entonces llegaría el operativo de la Policía. La mañana del 25 de enero, al percatarse de la presencia del Cuerpo Élite, los secuestradores sacaron de una finca ubicada entre Copacabana y Guarne (Antioquia) a los periodistas.
Lo que ocurrió después, se ha contado de muchas formas: Los dos fueron vestidos como campesinos y obligados a correr por una loma. Luego escucharían los disparos y el grito de Diana: “Me mataron, Richard, me mataron”.
Una bala de fusil le entró por la espalda perforándole el hígado y un riñón.
Quince años después, la muerte de Diana dejó lecciones de esperanza, tolerancia y amor por una profesión para su familia y sus compañeros de trabajo. Sin embargo, en el caso de la lucha contra el narcotráfico, aquellos que combatieron a Escobar y que luego heredaron sus negocios y estrategias parecen estar destinados a repetir su proceder.
"Diana todavía está presente en mi vida": Nydia Quintero
Lo que más recuerda doña Nydia Quintero, madre de Diana Turbay de aquel 25 de enero de 1991 es que estaba en su finca de Tabio (Cundinamarca) rezando frente a la imagen de la Virgen y vio llegar al jefe de escoltas del ex presidente Turbay quien le gritó: “doña Nidia soltaron a la doctora Diana”. Pero ella, sin saber de los hechos, le respondió: “No, Diana está muerta”.
En el camino a Bogotá, cuando el escolta trataba de convencerla de que Diana estaba viva, oyeron por la radio de que efectivamente la periodista estaba muerta. “Así es el corazón de una madre”, relata doña Nidia quien habló con EL TIEMPO.
¿Cómo han sido estos 15 años sin ella?
Han sido de una presencia de Diana en todas las cosas de nuestra vidas. Los primeros años fueron de un sufrimiento permanente porque sentía mucha tristeza, mucho dolor, deseos de llorar cada vez que hablábamos de Diana. Hoy día gracias a Dios eso se ha superado. Yo guardo todas las cosas de Diana, pero no las miro sino que son para sus hijos.
¿A ustedes les explicaron qué fue lo que pasó?
No. Fui yo quien le contó al presidente Gaviria cómo había muerto Diana. La primera información que nos dieron es que Pablo Escobar estaba en el lugar y que iban tras él. Yo dije en ese momento que era tan culpable de la muerte de Diana Pablo Escobar como el presidente César Gaviria.
Y hoy, ¿qué piensa?
Hoy ya perdoné porque estoy cerca de Dios y no siento ningún odio ni rencor ni siquiera por Pablo Escobar, que era un bandido, y mucho menos por el presidente Gaviria que se vio en la necesidad de hacer eso.
La ola de secuestrados
Francisco Santos, vicepresidente.
Estuvo secuestrado entre el 19 de septiembre de 1990 y el 20 de mayo de 1991, cuando fue liberado. Tras el plagio, el hoy vicepresidente de la República creó la fundación País Libre, para luchar contra ese delito. Luego tuvo que salir del país por amenazas.
Maruja Pachón, ex ministra.
Plagiada en noviembre de 1990 y liberada el 20 de mayo de 1991. Ayer dijo: “Revivir lo terrible que fue el secuestro sirve en la medida en que alimenta la esperanza de que no se nos olvide lo dañina que es la influencia del narcotráfico en la vida nacional”.
Azucena Liévano, periodista.
Plagiada junto con Diana Turbay y liberada el 13 de diciembre de 1990. “En ese momento el enorme sacrificio de Diana tuvo que ver con el impulso a la política de sometimiento a la justicia, pero ahora se nota que no tuvo la trascendencia que debió tener”, afirmó.
Beatriz Villamizar, ex asesora.
Secuestrada junto con Maruja Pachón, y liberada en febrero de 1991. “Fuera de la fortaleza que eso le dio a mi familia y a mí, no ha servido de mucho, pues los secuestros siguen igual. Ver el drama de quienes tienen a los suyos plagiados no dejan que uno olvide”, dijo.
Richard Becerra, camarógrafo.
Era el único del grupo de plagiados con Diana Turbay que estaba con ella cuando se produjo el fallido rescate de la Fuerza Pública. Aunque salió ileso, a las pocas semanas debió ser sacado del país por amenazas, cuyo origen jamás se estableció. Al parecer, vive en Europa.
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