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La música regional mexicana no solo tiene su momento, es un movimiento
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La música regional mexicana no solo tiene su momento, es un movimiento

Por primera vez, dos canciones regionales se encuentran en el top 10 del Hot 100. Periodistas de Billboard analizan la importancia de este logro y cómo se ha cubierto hasta ahora.

La música regional mexicana no se volvió global en un abrir y cerrar de ojos.

Para empezar, este género de legado existe desde hace más de siglo y medio. Esa permanencia ha permitido que el regional mexicano — un término general que abarca banda, corridos, norteño, sierreño, mariachi y otros subgéneros — siente una base sólida y una ferviente base de fans a ambos lados de la frontera entre Estados Unidos y México. Hay que tener en cuenta, además, que Estados Unidos alberga la segunda comunidad mexicana más grande del mundo.

A lo largo de generaciones, los artistas regionales mexicanos han seguido construyendo sobre esos cimientos, consolidando su columna vertebral en la industria de la música latina. Es por eso que hoy una nueva cosecha de creadores de éxitos regionales ha podido llevar la música al siguiente nivel. Al fusionar corridos tradicionales o banda con hip hop, rap y reggaetón en algunos casos, han podido atraer a un público más amplio, más joven y conocedor de tecnología. Hace dos años, Billboard ya informaba sobre el alcance global de la música regional mexicana de la mano de artistas como Eslabón ArmadoNatanael Cano y Grupo Firme — lo que llevó a una discusión sobre por qué el género necesita un nuevo nombre que refleje su atractivo internacional.

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Ahora, como testimonio del auge del género, artistas mexicanos y mexicano-estadounidenses lideran el Billboard Global 200 ocupando, en un hecho sin precedentes, los tres primeros lugares de la lista del 6 de mayo. En el No. 1 está “un X100to” de Grupo Frontera y Bad Bunny, seguida de “Ella baila sola” de Eslabón Armado y Peso Pluma — la primera canción regional mexicana en el top 5 del Billboard Hot 100 — y “La bebe” de Yng Lvcas y Peso Pluma en el No. 3. Y por primera vez en la historia, dos canciones de música mexicana (“Ella baila sola” y “un X100to”) están simultáneamente en el top 5 de la lista Hot 100.

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La música mexicana está haciendo historia y no sería justo reducirla a un solo momento. A continuación, Griselda Flores (redactora principal de Billboard Latin) e Isabela Raygoza (editora asociada de Billboard Español) ahondan sobre la música mexicana compartiendo desde sus sentimientos personales sobre la atención mundial que recibe hoy el género hasta lo que será clave para seguir estimulando su éxito.

Ha habido mucho revuelo en torno a la música regional mexicana últimamente al volverse globales canciones como “Ella baila sola” de Eslabón Armado y Peso Pluma, y al grabar Bad Bunny un tema con Grupo Frontera. ¿Qué fue lo primero que pensaste al enterarte por la prensa que la música mexicana “por fin” se globalizaba?

Isabela Raygoza: Todo es cuestión de perspectiva. Si le preguntas a un mexicano (o fans más antiguos del género), el estilo regional se globalizó cuando Pedro Infante popularizó el mariachi durante la época dorada del cine mexicano en los 50; o cuando Vicente Fernández se convirtió en estrella ranchera internacional en los años 70; o cuando Selena renovó en los 90 el sonido tex-mex, un género influenciado por ramas del regional mexicano; o cuando Christian Nodal superó a algunas de las más grandes estrellas de Estados Unidos con su sencillo “Adiós amor” (2017), que ahora tiene 1.300 millones de streams; o cuando Los Tigres del Norte rompieron el récord histórico de asistentes de Cardi B en el Houston Rodeo de Texas en 2019. O incluso cuando la música de Ariel Camacho (y su trágica muerte en 2015) inspiraron un movimiento transfronterizo de nuevos músicos sierreños. Crecí en la ciudad fronteriza de San Diego-Tijuana, por lo que he apreciado mucho estos estilos desde mi infancia. Así que cuando leo los titulares recientes según los cuales la música mexicana “por fin” se ha vuelto global, no es del todo exacto, (irritantemente). De modo que depende de a quién le preguntes.

Griselda Flores: Para ser completamente franca y transparente, durante muchos años, egoístamente, no quería que la música regional mexicana se globalizara. Supongo que mi mayor temor era que para ser aceptado por una audiencia más amplia, el género tendría que sacrificar su sonido central impulsado por instrumentos muy distintivos, como la tuba, los trombones, clarinetes, trompetas en banda, por ejemplo. (Los instrumentos son clave para el sonido único de ese estilo y no mucha gente lo encuentra fácil de digerir). Volverse global significaba que la gente iba a penetrar en una burbuja muy personal. Para muchos hijos de inmigrantes mexicanos que crecieron en Estados Unidos — yo me crié en Chicago — esta música, con raíces que se remontan a hace más de 100 años, fue la banda sonora de su infancia. Al menos así fue en mi caso. Muy en particular, en casa mis padres solo tocaban música en español, en su mayoría música regional mexicana, y escuchaban a todo volumen a Vicente Fernández, Antonio Aguilar, Lupillo Rivera, Banda Machos, Los Temerarios, lo cual quiero creer que los hizo sentir más cerca de casa. Aprendí a amar esa música, lo que narraba y la entrega apasionada de esas canciones.

Lo que me encanta de lo que estamos viendo actualmente es que la música mexicana se ha globalizado sin tener que sacrificar nada. Y, lo más importante, son los artistas mexicanos y mexicano-estadounidenses los que están llevando este género, que ya tenía una base muy sólida, a un siguiente nivel.

¿Qué significa, en realidad, “volverse global” para este género de legado y cómo podemos medir realmente su impacto?

IR: Para mí, “volverse global” significa volverse global en un sentido muy amplio. Volverse viral, encabezar las listas de Billboard, encabezar festivales importantes e internacionales, ganar Grammys y Latin Grammys, lograr un disco de platino, presentarse en la televisión nocturna, actuar en el Super Bowl y hacer sencillamente cosas sin precedentes. ¡Y más allá de Estados Unidos! Un ejemplo de volverse global, y una manera de medir su impacto, es que “Ella baila sola” de Eslabón Armado y Peso Pluma y “un x100to” de Grupo Frontera y Bad Bunny se hayan convertido en las primeras canciones de música regional mexicana en llegar al top 10 del Hot 100.

GF: Algunos estilos de música mexicana (el mariachi es un excelente ejemplo) ya eran populares fuera de México y Estados Unidos. Así que, de cierta manera, la audiencia internacional ya había estado expuesta a un estilo considerado parte de la categoría general. Pero lo importante que estamos viendo hoy es que subgéneros como el sierreño, los corridos y norteñas tienen esa misma exposición en una plataforma global y, por lo tanto, la diversidad de este género realmente recibe atención. También muestra a los oyentes cuántas capas y matices puede tener este género. Otra forma de medir el impacto es ver la música que los fans consumen hoy. Basta entrar a TikTok para constatar que son muchos los de la Generación Z quienes la consumen. Este género realmente está llegando a hogares multigeneracionales.

A medida que la música regional mexicana continúa ganando prominencia e influencia dentro de la industria musical en general, ¿cómo se han adaptado los artistas regionales mexicanos para incorporar artistas mexicanos no regionales en su música?

IR: Cuando el pionero de los corridos tumbados Natanael Cano, quien hace corridos con sabor a hip hop, invitó a Bad Bunny a compartir versos en “Soy el diablo”, Natanael no sacrificó nada de su estilo para acomodar al Conejito. En todo caso, Bad Bunny igualó la entrega lírica de Natanael.

En el caso de Banda MS, que provienen de la banda sinaloense más tradicional, ha demostrado su capacidad para actualizar y transformar la banda clásica para audiencias más nuevas y desconocedoras del género. Cuando el líder de la banda, Sergio Lizárraga, explicó su equipo de Snoop Dogg en “Qué maldición” de 2020, dijo que la composición fue clave. Los músicos prestaron mucha atención al repertorio del rapero para poder acoger la entrega relajada habitual de Snoop. Se dieron cuenta de que su tempo de banda romántica coincidía con el ritmo habitual del hip hop, de unos 89 BPM. Luego usaron la tuba para su línea de bajo, mientras que en el hip hop generalmente se samplea o se toca con teclado.

En esencia, los músicos mexicanos encontraron de manera brillante un punto óptimo entre la banda y el rap, sin sacrificar la integridad del estilo tradicional mexicano y sin miedo a innovar.

GF: No lo han hecho y creo que eso es lo bonito del asunto. Me parece que han sido los artistas mexicanos no regionales quienes han tenido que adaptarse para lograr una colaboración con un artista de música mexicana. En los últimos cuatro años, hemos visto a Bad Bunny venir a este lado dos veces, Farruko con T3r Elemento, Camilo con Los Dos Carnales, Maluma con Grupo Firme, Snoop Dogg con Banda MS, Jhayco con Eslabón Armado, por mencionar algunos. Los artistas regionales mexicanos han tenido que adaptarse de otras maneras, por ejemplo, colaborando entre ellos para fortalecer aún más el género. Creo que esa fue una lección que aprendieron de los artistas urbanos, que demostraron que colaborar entre ellos fue clave para crear un movimiento a principios de la década del 2000.

¿Han tenido las colaboraciones de música regional mexicana con artistas de otros géneros (como hip hop, pop urbano y latino) algún efecto en la evolución y el significado cultural del género? ¿Qué podemos esperar de estas colaboraciones entre géneros en el futuro?

IR: No creo que las colaboraciones influyan en la evolución de la música regional mexicana, pero sí creo que se fortalecerá con este tipo de colaboraciones. Piénsenlo: la base de fans de Vicente Fernández era bastante diferente a la de Tego Calderón, y estaban bastante distantes. Pero a medida que ambos campos comienzan a alcanzar más éxito (a través de festivales latinos que destacan ambos estilos, como Sueños, de Chicago; y más artistas latinos ingresando al Billions Club de YouTube), los estilos también comienzan a llegar a diferentes audiencias. Es de esperar que más artistas mexicanos no regionales adopten la banda, norteñas, sierreño, etc. Becky G y Tekashi69, que provienen del urbano y el rap, ahora se dirigen hacia la ruta regional mexicana. Los géneros pueden incluso fusionarse debido a las diferentes técnicas de producción y la conexión del artista con los géneros.

Para los puristas regionales, una especie de fusión podría no parecer algo positivo, pero eso ya es cosa del pasado. ¿Recuerdan lo molesta que se puso la comunidad folk cuando Bob Dylan enchufó su guitarra eléctrica en los años 60? ¿O cuando la comunidad del flamenco criticó a Rosalía por experimentar con el estilo andalusí más allá de sus límites tradicionales? ¿O cómo decenas de artistas pop latinos continúan experimentando con la bachata dominicana? Creo que las colaboraciones entre géneros son muy importantes porque pueden dar a la música regional mexicana un mayor protagonismo más allá de su base.

GF: No creo que las colaboraciones hayan tenido algún impacto en la evolución, pero sí creo que el hip hop y la música urbana en general han inspirado la evolución del género. Basta pensar en Peso Pluma y Natanael Cano con los corridos tumbados o bélicos; ese estilo evolucionó a partir de la fusión del hip hop, el reggaetón y la música mexicana. Pero incluso entonces, el núcleo de la música sigue siendo muy tradicional para mí, dados los instrumentos utilizados en estas canciones. Más que nada, son corridos con su propio giro.

Y cuando se trata de colaboraciones entre géneros, tienen un gran significado cultural. Cuando el mayor astro del mundo, Bad Bunny, busca grabar una cumbia norteña con un nuevo conjunto como Grupo Frontera, te das cuenta de que algo está pasando. Por supuesto, esto no quiere decir que una canción de Bad Bunny con Grupo Frontera sea la única manera de medir el impacto, pero es muy revelador de un atractivo más amplio. Creo que los artistas, o simplemente la gente de la industria de la música en general, se dan cuenta al fin del valor y el poder de la música regional mexicana y, por supuesto, ahora quieren ser parte de este movimiento global.

¿Cuál será, a su juicio, la clave para impulsar el éxito de la música mexicana?

IR: La música regional mexicana ha estado vigente durante más de un siglo. Pero ahora tenemos nuevas formas de tecnología y soporte para dar al estilo mayor visibilidad. La proliferación y los lanzamientos de calidad son clave a nivel del mainstream. También creo que es genial que los principales artistas pop, urbanos y de rap se interesen en adoptar una reconocida forma de arte mexicana, arraigada en la cultura y tradición mexicanas. Las colaboraciones entre géneros continuarán llevando al género a más audiencias. Sin embargo, es importante diferenciar entre quienes intentan capitalizar una nueva tendencia y quienes aprecian genuinamente el estilo y quieren participar de él desde un punto de vista respetuoso.

GF: Creo que resulta claro que la música mexicana no está pasando por un simple momento. No se trata de algo que va a desaparecer de un día para otro. La nueva generación de músicos mexicanos ha entendido que el poder del género está dentro de cada uno de ellos. En la unión está la fuerza. La primera canción regional mexicana en encabezar el Billboard Global 200 fue una colaboración de Eslabón Armado y Peso Pluma. Esta semana en el chart, “un X100to” de Grupo Frontera y Bad Bunny es No. 1, “Ella baila sola” No. 2, y “La bebe” de Yng Lvcas y Peso Pluma No. 3. Me parece que las colaboraciones seguirán siendo clave. También creo que las disqueras mexicanas independientes seguirán desempeñando un papel fundamental en la expansión del género. Su capacidad para identificarse y conectarse con la nueva generación de fans mexicanos es inigualable.