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General Motors redobla su apuesta por los eléctricos

El gigante de Detroit lanza al mercado la versión a pilas del Chevrolet Equinox y el pickup Silverado, dos de sus modelos más emblemáticos

Chevrolet Silverado, presentado a la prensa este miércoles en Michigan.
Chevrolet Silverado, presentado a la prensa este miércoles en Michigan.PABLO SCARPELLINI
Actualizado

General Motors parece decidido a transformar por completo su flota de vehículos pese a la aparente pérdida de interés de los consumidores estadounidenses por los coches eléctricos. El lanzamiento hace unos días de dos de sus modelos de combustión más emblemáticos en versión a pilas, el Chevrolet Equinox y el pickup Silverado, son la señal inequívoca de que el plan de Mary Barra, su CEO, no ha variado un ápice. Es más, pretenden adelantarse a la marca que inició la revolución 'verde' a nivel mundial, Tesla, con un modelo de masas que salga al mercado por 25.000 dólares. Con el Equinox andan cerca de lograrlo.

Esa es la aspiración y la meta, no solo de General Motors sino del resto de marcas. La presión por conseguir el low cost eléctrico definitivo es cada vez mayor, y más con la amenaza de automotrices chinas como Nio y BYD, demostrando que la fórmula de eléctricos baratos funciona dentro y fuera de China. Carlos Tavares, el CEO de Stellantis, confirmó hace unos días que están trabajando en un Jeep de 25.000 dólares que llegará "muy pronto" al mercado de EEUU, equiparable a los 23.300 euros que cuesta el e-C-3 de Citroen en Europa.

En la misma línea se manifestó Mark Reuss, presidente de GM. En un encuentro con periodistas en Michigan en donde estuvo presente EL MUNDO, hizo énfasis en la importancia de un modelo asequible como el Equinox para conquistar a los indecisos. "Es muy importante para nosotros, pero especialmente para los consumidores que quieren modelos eléctricos a un precio razonable", indicó, subrayando los 27.500 dólares que puede costar el crossover en su versión más básica, una vez aplicado el incentivo federal de 7.500 dólares para vehículos de cero emisiones.

No solo presume de ser más barato que sus competidores en el mercado norteamericano, sino de tener una mayor autonomía que el Hyundai Ioniq 5, el Nissan Ariya, el Volkswagen I.D.4 o el mismo Tesla Y, el modelo más vendido del mundo el año pasado. Sus 312 millas —unos 500 kilómetros— por carga, además de la pantalla táctil más grande del mercado, según GM, deberían ser motivos suficientes para que los consumidores se inclinen masivamente por su opción.

Al volante, la sensación que despide es de vehículo fiable y altamente tecnológico, con la opción disponible del Super Cruise, la tecnología que permite al conductor operar el vehículo con manos libres. Durante dos horas de prueba por autopistas de Michigan, el sistema mostró su capacidad para cambiarse de carril y adecuarse a la velocidad de la carretera sin necesidad de tocar el volante o los pedales. Solo en un momento determinado realizó un cambio de carril agresivo que obligó al vehículo de atrás a frenar de forma súbita, una cuestión de la que tomaron nota los ingenieros de Chevrolet.

Por fuera es un coche resultón, elegante y compacto incluso para los estándares europeos, un modelo que en su versión de gasolina vendió 212.000 unidades el año pasado. Para los expertos del sector, el Equinox podría ser el coche que ayude a muchos renuentes a optar, finalmente, por un modelo a pilas. En contra, la tímida capacidad de aceleración en momentos puntuales, muy lejos del desempeño de otros vehículos eléctricos de su segmento.

Otro asunto bien distinto es el Silverado, un pickup que ha cambiado completamente sus formas en su transición hacia la versión eléctrica. Podría considerarse como el pickup de lujo definitivo para la marca americana, un monstruo estilizado de 96.000 dólares (en su versión de gama más alta), 754 caballos de potencia y 4.000 kilos capaz de remolcar su mismo su peso y de alcanzar los 100 kilómetros por hora en menos de 4,5 segundos. Tiene una aceleración extraordinaria pese a su volumen, un modelo similar al Equinox en la experiencia interior pero con mucho más espacio para sus pasajeros, tanto en la parte delantera como trasera.

Es, sin duda, la apuesta de GM para competir con la Cybertruck, el modelo de moda en el sector. Incluso para un vehículo clásico como el Silverado, las comparaciones son inevitables con la propuesta modernista de Tesla. Sale ganando en autonomía, con 450 millas de autonomía por ciclo de batería (unos 720 km.) y en capacidad de carga, con una cama que se extiende si se retira la fila trasera de asientos. Estéticamente, además, apela a un estilo mucho más tradicional que el Cybertruck, refinado en el morro y modernizado con una barra de luz delantera que le da un toque deportivo llamativo.

Para Reuss, el Silverado "no es una tendencia sino un pickup, uno de lo más refinados de nuestra historia, y sabemos cómo hacer esta clase de coches. No creo que haya nada en el mercado con este tipo de diseño ni valor".

El relativo resurgir de Detroit

Todo ello en el marco de una ciudad como Detroit, en pleno resurgir tras el mazazo que supuso la Gran Recesión y la bancarrota posterior en 2013 por los astronómicos niveles de desempleo y la paulatina fuga de empleos del sector del motor hacia otras partes del país. Cierto es que hay brotes verdes entre tiendas de lujo, cervecerías locales con ambiente, apartamentos en construcción y un nuevo rascacielos tratando de devolver esplendor a su principal arteria, la Woodward Avenue. Pero las señales de depresión aún son perfectamente palpables, incluso a unas pocas manzanas de las emblemáticas torres de General Motors, en el corazón de la ciudad y frente al río que separa Estados Unidos de su vecino canadiense.

Hay barrios enteros que despiden el aroma de una ciudad abandonada: casas inmensas deshabitadas, ventanas tapiadas como esperando un huracán, naves industriales corroídas por el olvido y propiedades que valen menos que un crucero por el Caribe. Se venden lotes de terreno por 300 dólares, viviendas de cuatro habitaciones por 5.600 dólares. Pero no hay quien puje por ellas. Quizá la apuesta por los eléctricos de los gigantes americanos del motor ayude a devolver parte de ese viejo esplendor.