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«Teño 76 anos pero disfruto como unha moza de 15 facendo o Camiño sen pisar asfalto»

«Teño 76 anos pero disfruto como unha moza de 15 facendo o Camiño sen pisar asfalto»

La Voz SANTIAGO

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Promueven una ruta histórica a Santiago a pie desde A Guarda evitando carreteras, 175 kilómetros con solo 15 asfaltados

19 may 2024 . Actualizado a las 22:15 h.

«Fixen este camiño fenomenal, como unha moza de 15 anos, aínda que teño 76; levo andado xa cinco e penso volver o ano que vén». Quien así habla es Carmen Posada y acaba de terminar la sexta y penúltima etapa del Camino de Santiago sin Asfalto, una ruta oficiosa que transita desde Camposancos (A Guarda) hasta Compostela por itinerarios históricos y evitando todo lo posible pisar asfalto. Son, en siete etapas, 175 kilómetros, de los que solo 15 son de asfalto. El resto es tierra, verde y piedra, itinerarios que a lo largo de la historia fueron calzadas romanas, rutas de contrabandistas de «oro blanco» (sal) o de arrieros, entre otros.

Durante la ruta, los caminantes tienen que sortear numerosos obstáculos, cruzar regatos, incluso ríos como el Almofrei, en las afueras de Pontevedra, que como todos en este tiempo tan lluvioso, van muy llenos. «Pero para esto ya vamos preparados, traemos bañador y cruzamos con el agua al pecho, con los regatos basta con usar el calzado de repuesto», explica, como si nada, Campio Salgueiro, estudioso y promotor de esta ruta, presidente de la Asociación Amigos del Camino de Santiago sin Asfalto. Cuando, excepcionalmente, el obstáculo no se puede cruzar, no les queda otra que dar un rodeo y seguir la ruta, llueva o salga el sol, haga frío o calor. Duermen donde pueden, su preferencia es hacerlo en pajares, porque, «sobre todo si hay hierba fresca, es una maravilla», explica Campio. Pero les sucede con mucha más frecuencia de lo que les gustaría que no encuentran pajares, porque muchas casas están abandonadas, y entonces recurren a pabellones deportivos, colegios u otros equipamientos públicos a los que les permiten el acceso para dormir. Y es que esta iniciativa tiene, como primer objetivo, aparte de disfrutar en grupo de una auténtica aventura en plena naturaleza, llamar la atención sobre el abandono de las zonas rurales y conseguir que estos itinerarios vuelvan a tener caminantes para revitalizar los núcleos de población, explica Campio Salgueiro, quien resume la gran satisfacción que la experiencia causa en quienes la ponen en práctica: «Disfrutan como condenados». Nadie paga por participar, y únicamente cada uno corre con sus gastos, aunque estos son escasos porque lo normal es que a lo largo del recorrido no encuentren donde gastar dinero, cada uno se las apaña y se administra como mejor puede, porque lo habitual es que no haya ni donde comprar medicinas, salvo que encuentren una farmacia en los finales de etapa.

Ayer al mediodía llegaron a Oza (Teo), final de la sexta etapa. Son un grupo de doce personas, vecinos de Vigo, que comenzaron la caminata, realizada en fines de semana, el pasado día 4. Partieron de Camposancos y remataron la primera jornada en Torroña (Oia). Terminaron la segunda en San Xosé de Prado (Gondomar); la tercera, en el Alto dos Valos (Redondela); la cuarta en Bora, a la salida de Pontevedra; la quinta, en Cuntis; la sexta, en Oza; y mañana llegarán a Santiago para asistir a la misa del peregrino en la Catedral. Como en Oza no encontraron donde pasar esta última noche, tenían pensado volver a dormir a Cuntis, donde les facilitaron el acceso al pabellón deportivo, desplazamiento para el que cuentan con el apoyo del Centro Cultural Parroquial de Valladares (Vigo), que pone a su disposición una furgoneta.

«Es un camino sufrido, al que tienes que adaptarte», resume Campio Salgueiro, pero lo hacen con entusiasmo y con la satisfacción de lograrlo paso a paso, etapa a etapa. Carmen, a sus 76 años —en el grupo hay otra mujer septuagenaria—, deja muy claro que pocas veces ha disfrutado tanto como haciendo este camino: «O que máis me gustou foi cortar as silvas para pasar, e ata superei valados de dous metros de alto».

Este domingo cubrirán los últimos 12 kilómetros de la ruta hasta Santiago, probablemente la etapa en la que pisarán más asfalto desde que salieron de Camposancos, ya que si bien llegarán al entorno del centro histórico bordeando el río Sar, habrá carretera y calles en Teo, sobre todo por la parte de Os Tilos, y luego en la propia ciudad.

Un itinerario oficioso que empieza a despertar interés

La Asociación de Amigos del Camino de Santiago sin Asfalto se muestra muy satisfecha del interés que está generando esta iniciativa, que encuentra apoyos en la Universidad de Vigo e incluso en instancias europeas. También han conseguido el documento acreditativo de realización de esta ruta, aunque no está reconocida como oficial entre los caminos de peregrinación a Santiago.

Campio Salgueiro, no obstante, considera que la Catedral de Santiago y las administraciones deberían poner los medios para que los peregrinos que realmente realizan el Camino, y también el itinerario sin asfalto, dispongan de facilidades para el acceso a la basílica y no se vean obligados a sufrir largos tiempos de espera en las colas como si fueran unos turistas más.