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La mitad de los adolescentes no movería ni un dedo aunque supiera que un joven envía a sus amigos fotos compromedoras de su pareja

La mitad de los adolescentes no movería ni un dedo aunque supiera que un joven envía a sus amigos fotos compromedoras de su pareja

a. torices MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

iStock

El 50 % conocen relaciones en las que se ejerce control usando el móvil, según un estudio de Save the Children

18 may 2024 . Actualizado a las 15:25 h.

Internet y las redes sociales se han convertido en uno de los principales instrumentos a través de los cuales los menores, que tienen el primer contacto con el mundo digital sobre los 7 años, ejercen o sufren violencia. Este uso pernicioso de la tecnología es el pan de cada día de los adolescentes españoles, según certifica un estudio realizado por Save the Children entre un grupo representativo de 300 chicos de 14 a 17 años. La oenegé recuerda que entre los 10 y los 15 años el 95 % tienen acceso a las redes a través de su propio móvil.

Estos escolares tienen muy claro cuales son los tres tipos de violencia online más presentes en sus vidas, de los que la mitad de ellos son testigos, cuando no víctimas o agresores, con una enorme frecuencia. 

«Ciberbullying»

La más habitual es el uso de los chats o grupos en línea de la red como instrumento para el ciberbullying, mediante la exclusión de quien se quiere marginar, algo que han conocido hasta el 51 % de los consultados.

Una proporción muy similar alcanza otra de las agresiones psicológicas más frecuentes entre las parejas adolescentes, como es ejercer la violencia de control, la vigilancia y limitación de la vida social y personal de uno de los novios, a través del móvil. Una acción que, en el caso de los chicos, pueden suponer sus primeros pasos en la violencia de género. El 49 % de estos estudiantes conocen a parejas que sufren tipo de agresión.  

«Sexting»

La tercera gran violencia, también conocida de primera mano por el 48 %, es la recepción indeseada de mensajes maliciosos, entre los que cabe encuadrar el sexting, el envío sin permiso de fotografías o vídeos de contenido sexual o íntimo a un tercero o varios, y chantajes y agresiones como el grooming. De hecho, hasta uno de cada tres chicos ha visto grabar imágenes de un compañero sin su consentimiento.  

Un asunto privado

Pero si los peligros del mal uso del mundo digital están claros entre los menores también lo está su muy escasa iniciativa para ponerles freno. La mitad de los consultados no movería un dedo aunque sepa que un joven ha mandado imágenes comprometedoras de su exnovia sin su permiso y con la intención de dañarla. Pero es que la misma inacción sería la respuesta del 40 % de los adolescentes ante un caso de ciberacoso. Justifican la no intervención por miedo a que le conviertan a él en otra víctima. Otro 30 % avalan no hacer nada ante estas situaciones si se considera que no debe meterse en las vidas de los demás, por percibirlo como un hecho privado.

Esta oenegé dedicada a la infancia quiere intentar que los adolescentes españoles aprendan a identificar estos comportamientos como violencia y que sepan cómo reaccionar y actuar a través de un juego de rol y dramatización que ha elaborado y repartido para que pueda ser utilizado en clase por los profesores. Se trata de una caja de herramientas didácticas con el título de «Si pasa, no pases».