Attaoui: "¿Batir el récord mundial de Rudisha? Tengo que seguir mejorando pero quién sabe"

Mohamed Attaoui (Beni Melal, Marruecos, 2001) es uno de los dos españoles que ha subido a un podio en una reunión de la Diamond League 2024, merced a su segundo puesto en el 800 de Mónaco -Adel Mechaal sería tercero en la milla de Londres una semana después-, pero no estará este fin de semana en las finales de la competición en Bruselas. 

El cántabro ha despegado tanto dentro como fuera de la pista en una temporada en el que ha alcanzado metas casi inimaginables hace sólo 11 meses, cuando se trasladaba a la fría St. Moritz (Suiza) para entrenar a las órdenes de Thomas Dreissigacker como parte del potente OAC Europa, con el que firmó por dos años más otro opcional.

¿Cómo desconecta Attaoui tras un año tan intenso?

Pues nada fuera de los normal. Acabé la carrera en Silesia (25 de agosto) -Attaoui iba a correr en Zagreb el pasado domingo pero renunció por el cansancio acumulado-, llegué a casa y me fui unos días a Galicia con unos amigos a disfrutar de la piscina, la playa, la comida y alguna ruta que hicimos por ahí. Luego me vine a Beni Melal a visitar a mis abuelos maternos porque hacía tres años que no les veía. Aquí me relajo mucho y hago cosas que no puedo hacer habitualmente, como ir a un parque acuático con mis hermanos pequeños y mi primo.

¿Cuándo regresa a los entrenamientos?

A ver, he parado tres semanas aunque he trotado unos 30 minutos los últimos días porque al final si paro mucho tiempo, cuando quiero empezar de nuevo me suelen doler las rodillas. El 10 de octubre regreso a St. Moritz y a principios de noviembre nos vamos a Sudáfrica pero antes entrenaré en casa siguiendo las indicaciones de Thomas.

El 800 no es ya una prueba pura de mediofondo; tienes que pasar en 50’ pelados y casi doblar

Subcampeón de Europa de 800, quinto en la final olímpica, récord de España y undécimo de todos los tiempos... ¿Se esperaba un botín tan jugoso cuando planificó su temporada junto a Thomas?

Yo soy muy ambicioso y cuando empezó la temporada sabía que quería estar en todo, en el Mundial de pista cubierta, el Europeo y los Juegos. Mucha gente me decía que con que repitiera lo que había hecho en 2023 ya era suficiente –Attaoui casi se mete en la final del Mundial de Budapest en su debut en un gran campeonato- y yo decía que no, que iba a seguir trabajando para intentar hacer las cosas mejor. Por eso también di el paso de unirme a un grupo profesional, para tener a otros diez compañeros que al final te exprimen al máximo. Además era la primera vez que podía optar a estar en unos Juegos Olímpicos, algo con lo que sueña cualquier deportista.

Y bueno, fuimos haciendo las cosas bien desde que empezó la pretemporada aunque no me pude meter en la final del Mundial de pista cubierta porque llevaba pocos meses con el nuevo modelo de entrenamiento, mi nueva vida y no es fácil al principio. En verano ya corría de forma regular en 1:44 así que sabía que estaba para hacer un 'marcón'. Al final la plata continental, el récord de España de 1.000 metros en Bilbao, mi primer título nacional y la plusmarca de 800 en Mónaco me dieron una enorme confianza y sabía que podía hacerlo muy bien en París. 

Visto lo visto, ¿qué nota le pone a su temporada?

Mira que soy exigente pero no sé si un nueve o un diez... Venga, un nueve y medio.

El año que viene hay un Mundial al aire libre en Tokio pero en la temporada indoor se juntan un Europeo en Apeldoorn (Países Bajos) y un Mundial -aplazado en su momento por culpa del COVID- en Nankín (China). ¿Qué va a priorizar, sobre todo en la pista corta?

Voy a intentar ir a los dos pero es difícil porque en la pista corta hay muy pocas competiciones y el calendario está muy apretado. Lo que tengo claro es que si tengo que elegir me decantaré por el Mundial aunque sea en China.

Cinco atletas han bajado de 1:42 este 2024 en el 800 y otros siete de 1:43. ¿Puede explicarnos qué demonios ha pasado este año en su prueba?

¡Pues la verdad es que no lo sé! O sea, cuando vi a (Bryce) Hopper hacer 1:42 en los trials de Estados Unidos me quedé flipando y me dije ‘este tío va a ser campeón olímpico’, pero luego llegaron los de Kenia y (Emmanuel) Wanyonyi hizo 1:41 corriendo prácticamente solo. Creo que nosotros lo valíamos pero hasta que no ves a alguien hacerlo como que no te crees que tú también puedes. Recuerdo también que cuando vi a (Andreas) Kramer bajar de 1:44 en el Meeting de París pensé que era un atleta al que siempre había ganado. A todo ello se suma que la gente está especialmente bien en un año olímpico. Además, el 800 estaba un poco estancado en relación al 1.500, donde había varios atletas en 3:27, 3:28, 3:29... En 2023, por ejemplo, la mejor marca había sido 1:42.80 y un año antes, 1:43.26, así que ya era hora de reventar el crono.

Mi entrenador Thomas Dreissigacker dice que en 1.500 valgo 3.30 y quiero comprobarlo la próxima temporada

Visto lo visto este año, el 800 va camino de ser una prueba mixta entre la velocidad y el mediofondo, ¿no?

Totalmente. Ahora tienes que estar muy bien por arriba y muy bien por abajo. O sea, tienes que pasar en 50 pelados y casi doblar para ser competitivo mientras que el año pasado, por ejemplo, yo hacía 1:44 pasando en 50 pero haciendo 54 en la segunda vuelta. Este año, en cambio, Wanyonvi te acaba en 12 pelados en la recta final. Eso es una barbaridad.

¿Le ha dicho ya a Thomas que usted de verdad lo que quiere correr es el 1.500 como su ídolo Hicham El Guerrouj?

Pues no pero él también me lo dice mucho, que el ‘milqui’ se me va a dar muy bien. Yo también lo pienso porque en categoría sub 23 era mi prueba y logré muchos títulos nacionales y una plata europea. Pero bueno, hay que ir paso a paso. Ahora hemos descubierto que tenemos esa velocidad y hay que aprovecharla estos años para el 800 y ya después pues podemos pasarnos al 1.500. Lo que sí quiero hacer en 2025 es correr varios ‘milquis’ y bajar mi marca personal (3:36.12) porque para nada refleja lo que valgo.

¿Y cuánto cree que vale ahora mismo?

Según Thomas, 3:30. Eso dice él, eh.

¿Tiene más o menos una fecha en la que le gustaría disputar su primer 1.500 en un gran campeonato?

No sabría qué decirte. En Los Angeles 2028 voy a tener 26 años y creo que aún seguiré rindiendo muy bien en el 800, pero claro, iremos viendo estos años cómo va yendo la cosa. En el Europeo de Roma, sin ir más lejos, pensé correr el 1.500 pero gracias a Dios no logré la mínima porque habría perdido mi plata en el 800.

Mitos como Sebastian Coe -actual presidente de World Athletics- y Steve Ovett doblaban en los grandes campeonatos pero es verdad que hablamos de otra época. ¿Lo ve ahora factible?

Sí, claro que lo veo factible. De hecho es una cosa que me encantaría, pero lo que no voy hacer es quitar la plaza a un compañero con mínima en el 1.500. Yo no sería capaz de hacer algo así pero si algún día tengo la posibilidad porque hay un hueco en el ‘milqui’ me gustaría mucho doblar en un gran campeonato.

Tras lo ocurrido estos últimos meses, la gran pregunta no es ya cuándo y quién va a batir el récord mundial de Rudisha (1:40.91) sino si algún atleta será capaz de romper la barrera del 1:40 a medio plazo. ¿Lo ve posible?

No, sinceramente no me entra en la cabeza. Que batan el récord de Rudisha sí lo veo pero que bajen de 1.40 no, porque es correr por debajo de 50 segundos los dos 400.

Me encantaría doblar en un gran campeonato pero lo que no voy hacer es quitar la plaza a un compañero con mínima en el 1.500. Yo no sería capaz de hacer algo así

¿Y quién es su favorito para lograrlo?

Si sigo con mi progresión, yo... No hombre, es broma. A ver, quién sabe. Yo el año que viene quiero seguir mejorando mi marca (1:42.04) aunque ahora mismo los máximos favoritos son Wanyonyi y (Marco) Arop. Arop en Silesia estuvo para récord del mundo hasta los últimos 50 metros cuando se hundió.

¿Dónde está el margen de mejora de Attaoui?

Thomas me recalca mucho el tema del descanso porque soy un poco desastre. La alimentación y los suplementos los cuido mucho pero luego el descanso lo llevo bastante mal. No es que no descanse bien pero con frecuencia me voy súper tarde a dormir. A veces incluso iba a entrenar sin desayunar y Thomas lo sabía así que me regaló un reloj que controla cuándo me voy a dormir. Alguna vez, cuando eran más de las doce, me lo quitaba para evitar que me regañara y él me insistía para que me lo pusiera. En eso seguro que puedo mejorar y todo suma.

Usted llegó a Cantabria con seis años pero todavía hay gente en este país que le considera un marroquí corriendo por España. ¿El racismo tiene cura o hay que convivir con ello?

Yo creo que no tiene cura. Es gente que es infeliz con sus vidas y se tiene que dedicar a menospreciar a otras personas. En ocasiones sí que me cabrea pero la mayoría de las veces lo que hay que hacer es pasar. Yo me centro en lo mío, en la gente que me ayuda y que me apoya. A esas personas no hay que prestarles atención porque es precisamente lo que pretenden, que entres en su juego.