Una masacre en plena Villa Olímpica, un atentado con bomba, boicots en plena Guerra Fría o dos puños negros alzados hacia el cielo: la historia de los Juegos Olímpicos ha estado también marcada por la política de cada momento.
Este es un breve resumen de algunos de los momentos de relevancia política más significativos desde el inicio de los Juegos de la era moderna:
Berlín 1936: los Juegos de Hitler
Los Juegos Olímpicos de 1936 fueron concedidos a Berlín en 1931, cuando Alemania era todavía una democracia. Dos años después, Hitler se hizo con el poder y rápidamente comprendió todo el beneficio que podía extraer del evento en términos de propaganda.
Tanto en Europa como en Estados Unidos, los partidarios de un boicot eran minoritarios y todos los países del Comité Olímpico Internacional (COI) enviaron finalmente una delegación a la capital del Reich. Los Juegos terminaron convirtiéndose en una exhibición de fuerza del régimen.
Los nazis utilizaron las numerosas victorias alemanas para subrayar su teoría de la "raza superior".
Helsinki-1952: dos Villas Olímpicas
En uno de los momentos más tensos de la Guerra Fría, la Unión Soviética (URSS) participa por primera vez en los Juegos Olímpicos en Helsinki 1952.
Para prevenir eventuales tensiones entre delegaciones, los organizadores finlandeses decidieron crear dos Villas Olímpicas separadas por una decena de kilómetros: una para los soviéticos y sus aliados del bloque del Este, la otra para el resto del mundo.
Los soviéticos veían con muy buenos ojos esa separación, que limitaba los riesgos de deserciones y de tentaciones para sus deportistas de 'pasarse al oeste'.
Melbourne-1956: sangre en la piscina
Unas semanas después de la intervención militar soviética para sofocar la revuelta húngara, la Unión Soviética y Hungría se encontraban para un partido decisivo en el torneo de waterpolo.
El partido terminó en una violenta pelea, con el agua de la piscina tiñiéndose de rojo por la sangre y la policía australiana intervino para impedir a la multitud linchar a los soviéticos. Hungría ganó 4-0 y al día siguiente logró la medalla de oro del torneo.
Esa edición fue también la primera marcada por boicots por razones políticas.
España, Suiza y Países Bajos rechazaron participar al lado de la Unión Soviética justo después de la represión en Hungría. Egipto, Irak y Líbano se abstuvieron igualmente para denunciar la operación militar y la ocupación israelí-franco-inglesa del Canal de Suez.
La China popular, por su parte, retiró su delegación para protestar por la presencia de Taiwán.
La imagen generó un fuerte impacto. Ambos fueron vetados de la selección estadounidense de por vida, fueron expulsados de la Villa Olímpica y se les prohibió de manera vitalicia la participación en los Juegos Olímpicos.
Múnich-1972: masacre en la Villa Olímpica
El 5 de septiembre, un comando propalestino se infiltró de noche en la Villa Olímpica y tomó como rehenes a deportistas israelíes. Mal preparada, la operación de salvamento de la policía alemana fue un fiasco: los miembros del comando asesinaron a once rehenes. Un policía alemán y cinco de los ocho miembros del comando también murieron en la misma.
La decisión de que los Juegos Olímpicos continuaran generó polémica, pero las pruebas se retomaron con normalidad después de una sobria ceremonia de homenaje.
1976-1984: la era de los boicots
Tres ediciones consecutivas estuvieron marcadas por boicots masivos por razones geopolíticas.
En abril, un primer intento de apagarla fracasó en Londres. En París hubo varios incidentes que interrumpieron el relevo.
La llama tuvo que ser incluso temporalmente apagada y la antorcha tuvo que ser protegida en un vehículo de la policía. El recorrido finalmente se acortó.
Dos días después, en San Francisco, el itinerario previsto se redujo para evitar manifestaciones similares.